La ventana, la eficiencia energética y la nueva actualización del Código Técnico
El ahorro energético global de un edificio se consigue por la confluencia de varios factores: aislar bien la envolvente del mismo (así se evitan pérdidas en calefacción y refrigeración), tener calderas eficientes para el agua caliente y calefacción, utilizar una iluminación eficiente y aprovechar la energía solar. La suma de todos estos factores proporciona lo que el Código Técnico de la Edificación quiere: limitar (disminuir) la demanda energética.
Son muchas las variables que inciden en la disminución de la demanda por lo que para cada caso concreto no hay una única solución. Incluso puede ocurrir que con un buen valor U de transmitancia del vidrio no se cumpla con la demanda exigida y viceversa, un mal U puede cumplir con la demanda, todo ello debido a la influencia del resto de variables. Esta es la razón por la cual el CTE en su Apéndice E da unos valores orientativos (no obligatorios) de la U del hueco que pueden ayudar a diseñar una disminución en la demanda.
La limitación de la demanda energética depende de la zona climática y del uso del edificio. Si comparamos los valores orientativos de esta actualización del CTE con respecto a la anterior redacción del mismo, vemos que, por ejemplo, en la Zona A (Almería: que necesitaría refrigeración) y en la Zona E (Burgos: que necesitaría calefacción) nos exigen, en esta nuevo CTE, mejorar el valor U del hueco (mayor aislamiento) en un 50% aprox.
Si en diferentes puntos de la fachada hay grandes diferencias de valores U (descompensaciones) es problemático pues se pueden crear condensaciones que conllevan a muchos problemas, además de pérdida de eficiencia energética. Para evitarlo, el Código limita el valor U de huecos según las zonas, pues bien, si se compara la nueva tabla del Código (Tabla 2.3) con la anterior que estaba vigente, se ve que hay una nueva exigencia (una mayor disminución) del valor U del hueco y que puede llegar hasta el 26% de reducción.
En la actualidad, los vidrios Guardian de las series indicadas más arriba, cumplen con las nuevas exigencias del CTE. Todo lo anterior son buenas noticias para el vidrio de altas prestaciones, para el sector de la ventana y para la sociedad en general que cada vez exige más confort; al mismo tiempo que ahorro energético.
Pero hay algo muy específico en la
ventana de aluminio, pvc o madera, a efectos de ahorro energético, de lo que se debe hablar: se trata de la etiqueta de eficiencia energética de la ventana.
Esta etiqueta, en analogía con la de la certificación de los edificios, se desglosa en dos partes: eficiencia
energética para invierno (que va de la A, la más eficiente, a la G, la menos) y eficiencia energética para el verano (que va desde la más eficiente, tres estrellas, a la menos eficiente, 1 estrella).
Para conocer esta eficiencia, se debe calcular la U del hueco (U de la ventana: Uw) en función de la U del vidrio (Ug) y la U del marco (Uf), de acuerdo con la siguiente fórmula:
Si se aplica la fórmula a un caso concreto, como el de la
ventana de aluminio que se adjunta, y se calcula la eficiencia energética de la ventana, surge una sorpresa interesante.
Si se selecciona un vidrio Guardian Sun, con un Ug de 1 (W/m2 ºK) y un perfil de U= 1,8, nos sale un valor U para el hueco (ventana) de 1,28. Y con estos valores, modificamos la permeabilidad al aire del conjunto de la ventana (desde clase 1, la peor, a clase 4, la mejor), obtenemos los siguientes valores:
- Con permeabilidad Clase 1: sale nivel G
- Permeabilidad Clase 4: sale nivel A
Es decir que para que una ventana de un buen resultado en cuanto a eficiencia energética, no sólo se deben poner buenos productos en el vidrio y el perfil, sino que la construcción de la ventana debe ser hecha con alta calidad de tal manera que la permeabilidad al aire sea la mejor. Si es de una buena permeabilidad (clase 4), con este vidrio y este perfil, tendrá el máximo nivel de eficiencia energética, el A, y si tiene una mala permeabilidad (clase 1) para esos mismos productos, la eficiencia energética pasa al peor nivel: el G. En definitiva la permeabilidad al aire es un dato muy importante de la ventana dado que si es mala, por ahí se “cuela” el aire y, como consecuencia, el calor.
Todo lo que dicho hasta aquí se refiere exclusivamente al producto ventana, pero la situación real es que la ventana debe estar instalada en su hueco y las condiciones de la instalación deben ser perfectas si queremos
que los resultados del hueco sean idénticos a los de la ventana.
De igual manera que una mala permeabilidad de la ventana, por muy buenos que sean los productos de que se compone, hace caer su eficiencia de la A a la G, puede ocurrir con la instalación de la ventana: los esfuerzos por fabricar un buen producto pueden quedar anulados con una mala colocación.
Y precisamente la Dirección de Industria de la Comunidad de Madrid junto con la Fundación de la Energía han visto con claridad la importancia que tiene dicha instalación de la ventana y han organizado unos cursos específicos para instaladores de ventanas de tal forma que el que pase por este curso, con su certificado correspondiente, podrá presentar ese valor añadido que le hará más competitivo.
Artículo de Antonio Girbau Ortega. Public Affaires Manager Guardian Industries
Para FuturEnergy Oxtubre de 2013
VÍA
http://futurenergyweb.es/
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